Las ocho montañas de Paolo Cognetti, ganador del Premio Strega en Italia y del Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia, cuenta la historia de Pietro y Bruno y su amistad en las montañas de los Alpes italianos.
Con una narración fresca y poética, Cognetti nos habla de la montaña, del bosque y de las relaciones entre los amigos, entre el hijo y el padre.
Una novela contemporánea que vale la pena leer.
Conocí de la existencia de Las ocho montañas de Paolo Cognetti cuando Penguin Ramdom House publicó en su Instagram una historia en la que daba la sinópsis del libro.
La mención de la “amistad”, de “una novela de montaña”, de “un fenómeno literario en Europa”, de un “escritor italiano” (no he leído mucha literatura italiana), me llamó la atención en extremo.
Para mi tristeza, poco después me enteré de que la novela no se distribuía aún en Colombia. Sin embargo, mi suerte cambió un día en una librería en la Carrer de Pau Claris, en Barcelona, cuando me topé con Paolo Cognetti sentado en una estantería de aquella librería. No Paolo Cognetti el hombre, no, sino su nombre en el lomo de un libro llamado “Las ocho montañas”.
Lo compré de inmediato.
También compré allí Cien años de soledad de Gabriel García Márquez en catalán. Pero la historia de mi colección de Cien años de soledad en todos los idiomas posibles vendrá después.
Por el momento, hablemos un poco de esta entrañable y sencilla novela: Las ocho montañas de Paolo Cognetti.
RESUMEN LAS OCHO MONTAÑAS
Ganadora del Premio Strega en Italia y el Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia, Las ocho montañas de Paolo Cognetti esta es una novela íntima y entrañable que nos habla de la amistad, de nuestra relación con la naturaleza y con nuestros padres, y de la vida en el campo en contraste con la vida en la ciudad.
Las ocho montañas tiene como protagonista a Pietro, un solitario chico italiano que vemos crecer desde la niñez hasta la adultez mientras descubre los escarpados abismos y senderos apacibles de las relaciones humanas: con los amigos, con los amantes, consigo mismo y, sobre todo en esta novela, con su padre.
La historia se sitúa en Milán, Italia, y en Grana, un pueblo de muy pocos habitantes a los pies de los Alpes italianos, en el Monte Rosa, donde los padres de Pietro compran una casa para pasar el verano. Así es como Pietro llega a Grana por primera vez y conoce a Bruno, un chico de montaña, el único niño de pueblo, que en un principio le parece extraño pero con quien irá forjando una gran amistad.
“Ya había aprendido a hacer las preguntas de los adultos, en las se pregunta por una cosa para averiguar otra.”
Grana se convierte para Pietro en el lugar de vacaciones que lo lleva a descubrir el extraño interés de sus padres por escapar del caos de la ciudad a la tranquilidad de la montaña.
En Grana, Pietro va descubriendo paisajes y montañas que escala con su padre, un hombre serio, decidido y tenaz que se convierte para él en una figura de autoridad avasallante y abrumadora. Con su padre, Pietro vivirá una relación fría como la cima de una montaña pero que le permitirá ver el paisaje del pasado de este, lo más íntimo de su historia y de su carácter.
Estos paisajes montañosos también son escenario y testigo de las aventuras de Pietro y Bruno y de su gradual crecimiento a una vida adulta que les depara experiencias completamente diferentes a cada uno, pero que al final les mostrará que, como la montaña, a pesar de sus cambios, sus estaciones y avalanchas, la amistad siempre permanece firme en el tiempo.
Paolo Cognetti
ANÁLISIS LITERARIO LAS OCHO MONTAÑAS
A Las ocho montañas le llevaba muchas ganas, pero pasó casi un año desde que lo compré hasta que fin lo empecé a leer una noche en mi cama pasando un resfriado. Sin duda un momento y lugar acogedores para leer un libro también muy acogedor.
“Mi padre había sido un hombre entrometido. Y mandón, y pesado. En su presencia no existía nadie más: su carácter exigía que nuestras vidas gravitaran a su alrededor. ”
Paolo Cognetti enLas ocho montañas nos cuenta esta historia en un tono cercano y familiar. No sé nada de italiano, pero al leer el libro me dio la sensación de escuchar de fondo la cadeeencia italiaaana: tranqüila, vocálica.
Así, con esa narración cercana y sincera, conocemos desde adentro las percepciones de Pietro sobre su vida en Grana y sobre las expediciones a la montaña con su padre, expediciones que le son fatigantes y salvajes, pero que también son la oportunidad para descubrir a su padre Giovanni, para entender su carácter, su hermetismo y su genio que son para Pietro tan incomprensibles.
Esta relación es sin duda un tema fundamental en la novela, aunque solo se explore en la primera parte y en menor medida que la relación entre Pietro y Bruno. Sin embargo, la primera alcanza más fuerza y más trascendencia que la segunda. El malestar de Bruno con la personalidad de su padre, la influencia y el peso de su figura sobre él hacen que nos sintamos más interesados por leerla.
LA RELACIÓN PADRE HIJO
La relación padre-hijo ha sido siempre un tema grande en la literatura y en la filosofía. Desde el mito de Edipo de Sófocles, hasta las elaboraciones psicoanalíticas de Freud, se ha indagado sobre este vínculo entre los varones de la familia.
Grandes obras literarias dan muestra de esas tensiones entre padres e hijos. Bastaría con pensar en la novela homónima Padre e hijos de Turguenév, en Andrei Bolkonski y su padre en Guerra y Paz de Tolstói, o si se quiere un caso más real podemos pensar en Franz Kafka y su padre Hernnan Kafka a quien el escritor checo le dedica su Carta al padre, una carta en la que Kafka se desahogarse de todos sus sentimientos hacia él y que reflejan las complejas dinámicas de la relación entre un padre y su hijo varón.
El tema de la pérdida también se siente claramente en la novela, particularmente con el pesar de Pietro por no haber encontrado una manera de entender a su padre antes de que fuera demasiado tarde.
Pero, como dije anteriormente, los senderos de esta relación terminan siendo menos explorados por Cognetti que los de la relación con su amigo Bruno, con quien de niño vive grandes aventuras, con quien de adolescente se pelea y con quien, ya adulto, comparte íntimos y profundos momentos en los que desmantelan su pasado y revelan los contrastes de sus vidas diferentes: la de Bruno, encerrado en la montaña y en la sencillez y tranquilidad del campo; la de Pietro, abierta al mundo, más frenética y llena del movimiento de la modernidad en las ciudades.
Esta simplicidad que percibimos de Bruno es fascinante. En un momento de la novela, cuando Bruno ayuda a Pietro a construir su cabaña en el bosque, Bruno le dice a su amigo que no piense en cuánto tardará la construcción:
—Oye, da igual el tiempo que se necesite. No debes pensar demasiado en este trabajo, porque puedes volverte loco.
—Entonces ¿en qué debo pensar?
—En hoy. Fíjate qué día más bonito.
LA NATURALEZA Y EL INDIVIDUO
En este pasaje vemos también un elemento importante de la novela: la naturaleza y su poder para transformar al individuo, para bien o para mal, que es algo que Congnetti deja ver a través de cada uno de los personajes.
La madre de Pietro prefiere los bosques y prados antes que las montañas, lo que refleja su naturaleza fácil y su papel de pacificadora de la familia. Su padre, por el contrario, prefiere la vida salvaje a las personas, incapaz de comunicarse con sus seres queridos como lo hace con una montaña inamovible. Los chicos y él hacen sus caminatas “en muda comunión privada con nuestros propios esfuerzos”.
Este asunto de la individualidad, de la introspección, del escape y del “retiro” a la montaña es evaluada en un momento por Pietro y Bruno, sobre todo en la diferencia en cuanto a su percepción por la sociedad: el retiro de un hombre es aceptable, incluso admirable; el de una mujer es una afrenta a la comunidad y se culpa a la enfermedad.
”Solo que ella es mujer. Si me marcho a quedarme en el bosque, nadie dice nada. Si lo hace una mujer, la toman por bruja. Si yo no abro la boca, ¿qué pasa? No soy más que un hombre que no habla. Una mujer que no habla tiene que estar medio loca.”
UNA NOVELA DE MASCULINA
Las ocho montañas es una novela de hombres: es narrada por un hombre que vive sus relaciones más intensas con su padre y su mejor amigo. Sin embargo, este rasgo en vez de ser negativo, se convierte en fortaleza de la historia.
La forma en que los hombres enfrentan sus problemas, sus inseguridades y sus sentimientos está constantemente representada en la novela. Siempre más callados, más hoscos y menos comunicativos, los hombres de esta novela se ven enfrentados con mujeres que toman gran importancia y protagonismo precisamente como forma de hacer un paralelo con el actuar masculino que por momentos se ve incapaz de lidiar con algunas situaciones.
La madre de Pietro, más sensible, organizada, y muchísimo más altruista que su padre da a Pietro más seguridades. Lara es la alegría del hogar de Bruno, que se vuelve más serio con la responsabilidad de la familia.
“Él me pareció más serio que antes, como a veces les pasa a los hombres cuando una mujer aparece en su vida. Ella, por el contrario, se había felizmente transformado, gracias a que se había sacudido el polvo de la ciudad y desprendido de esa sensación de desengaño que le recordaba de antes.”
Por eso esta novela toma en este aspecto da razón, tanto a hombre como a mujeres, para leerla. Y por eso cito a continuación la reseña del Sunday Times.
- Título: Las ocho montañas.
- Autor: Paolo Cognetti.
- Año de publicación: 2018.
- Páginas: 214.
- Temas: amistad, naturaleza, relación padre-hijo.
- Calificación en Goodreads: 4