Con los confinamientos y estados de emergencia alrededor de todo el mundo, causados por el nuevo tipo de coronavirus, el uso de los entornos virtuales aumentó significativamente, pues para muchas empresas, y personas fue la única forma de continuar con sus actividades.
Pero para el sector de las finanzas el uso de la tecnología no es una novedad, pues desde hace algunos años las instituciones comenzaron a apostar por el aumento de funciones en sus páginas de internet, la creación de aplicaciones para los teléfonos celulares y la atención en línea las 24 horas del día.
Todo este progreso dio origen a las fintech, un sector de la industria financiera que se centra en el uso de la tecnología como base de sus operaciones, ofreciendo un abanico muy amplio de nuevas posibilidades a los usuarios respecto a la forma en que se relacionan con sus entidades financieras.
Los neobancos son un ejemplo de fintech, pues ofrecen los mismo servicios que un banco tradicional con la diferencia de que estos no cuentan con oficinas físicas, todos sus procedimientos se realizan a través de una página de internet o aplicación móvil, por lo que brindan atención al cliente los 365 días del año y al prescindir de edificios sus gastos disminuyen permitiéndoles ofrecer mejores condiciones y productos a sus clientes.
Siguiendo sobre esta misma línea de servicios nos encontramos las criptomonedas un tipo de divisa que no tiene formato físico, sólo existe en la red, pero que posee un fuerte cifrado que garantiza su seguridad para evitar que se realicen copias o se cambie su titularidad sin la autorización correspondiente, evitando así que se puedan robar o duplicar como a un archivo normal. Su precio se regula con base en la oferta y la demanda por lo que varía con mayor facilidad que una moneda normal, por ejemplo hace más de 10 años un Bitcoin valía tan solo 0.80 centavos de dólar y actualmente, gracias a su popularidad, vale más de 67,000 dólares.
Los préstamos también han evolucionado, pues ya sea que se esté buscando una hipoteca o un micro préstamo para enfrentar un gasto inesperado, las condiciones que ofrecen los prestamistas digitales son más atractivas así como los requisitos, procesos y aprobaciones son más sencillos. Incluso de la mano de esta nueva modalidad también es posible fomentar el uso de las energías renovables, pues debido a que la inversión inicial que se requiere para hacer el cambio del consumo tradicional suele ser bastante elevado, algunos prestamistas digitales han comenzado a ofrecer financiaciones especiales para el autoconsumo.
Pero sobretodo la seguridad sigue siendo el puntos más importante cuando hablamos de dinero y es que a pesar de que la ciberdelincuencia ha aumentado, los usuarios se encuentran cada vez más preparados para identificar los puntos de alarma y los sistemas que utilizan las fintech se siguen mejorando de forma constante ofreciendo entornos seguros en los que muchas veces no es necesario ni siquiera compartir los datos de una tarjeta de crédito para realizar un pago, tal como sucede con Paypal.
Sin duda alguna la tecnología seguirá avanzando trayendo consigo más ventajas y servicios cada vez más personalizados a los usuarios, tan solo queda en nosotros la responsabilidad de su uso adecuado para proteger nuestros datos y disfrutar sus beneficios.
La tecnología es fundamental para el desarrollo de las finanzas y la economía. Lo hemos visto en plena pandemia, el desarrollo de las aplicaciones económicas, de pago, etc ha sido impresionante. Llego para quedarse.