La llama Wally, que vive en una granja en Massachusetts, fue inyectada con un pedazo de proteína de la corona del coronavirus. Después de dos meses, el sistema inmune del animal produjo anticuerpos maduros, que fueron extraídos y replicados.
Miami, 15 de noviembre, 2010
Los anticuerpos de las llamas (también alpacas, dromedarios y camellos) son muy potentes y pequeños y podrían inhalarse como remedio para el Covid-19.
La bióloga computacional israelí Dina Schneidman-Duhovny, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha examinado las calidades de docenas de anticuerpos de una llama en particular, llamada Wally, y ha identificado cuáles son los mejores para luchar contra el coronavirus en los humanos.
La investigadora y sus colegas de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, trabajan sobre esta idea de usar los anticuerpos de llamas para vencer enfermedades humanas desde 2019.
Los anticuerpos que resultaron ser los mejores candidatos analizados por Schneidman-Duhovny fueron testados por su equipo estadounidense con coronavirus y células humanas, y aparentemente los resultados indicaron que anticuerpos de la llama reducen significativamente la capacidad del virus de contagiar más células.
¿Por qué las llamas?
“Porque la familia de las llamas, también dromedarios, camellos y alpacas, tienen, además de un sistema inmune que actúa como el nuestro, uno paralelo que produce nano anticuerpos”, explicó la investigadora. “Y los nano anticuerpos son especiales porque es mucho más sencillo y barato replicarlos que los anticuerpos humanos, y, además, pueden ser administrados por vía respiratoria, lo cual se está desarrollando ya para análisis clínicos”, agregó.
Los nano anticuerpos de las llamas son “muy potentes”, según Schneidman-Duhovny, y su uso podría salvar a millones de pacientes potenciales, indicó.
¿Y cómo lo logran? “Porque los anticuerpos se pegan al virus casi como un pegamento y no se sueltan. Además, estos anticuerpos son muy específicos y atacan al coronavirus de manera muy precisa, siendo inhalados, van directamente a los pulmones, donde se reproduce más”.
Los tratamientos con anticuerpos no son nuevos, tampoco el extraerlos de animales, ya que desde el principio de la pandemia se han administrado anticuerpos de pacientes recuperados. Y ahora existen cócteles de anticuerpos sintéticos, como el que se le inoculó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, basado en anticuerpos humanos y animales.
Pero la investigadora dice que viendo el comportamiento in vitro de los anticuerpos de su equipo, estos son los más efectivos que se han visto hasta ahora.
“Además, lo que se le dio a Trump, que era una cantidad enorme de anticuerpos, 8 gramos, resulta muy difícil de reproducir y carísimo”, señaló la bióloga computacional y enfatizó que estos anticuerpos, al contrario que los humanos, “se pueden poner a disposición del público de manera rápida y barata, porque pueden ser producidos masivamente en microbios”.
La llama Wally, que vive en una granja en Massachusetts, fue inyectada con un pedazo de proteína de la corona del coronavirus. Después de apenas dos meses el sistema inmune del animal produjo anticuerpos maduros, que fueron extraídos y replicados.
El siguiente paso es convertir ese producto en aerosol para empezar con pruebas clínicas.