La alerta sanitaria provocada por el COVID-19 ha obligado a muchas empresas a optar por el teletrabajo, siguiendo la estela de muchas otras compañías que ya tenían establecida esta forma de trabajar para sus empleados. Aunque siempre se habla de las ventajas del teletrabajo, también presenta algunas dificultades, tanto para empresas como para trabajadores. Establecer la mejor fórmula de control horario en el teletrabajo es una de las preocupaciones planteadas por aquellas organizaciones que se plantean la posibilidad de que sus empleados trabajen a distancia.
Obligación del control horario en el teletrabajo
Algunas empresas excusan el hecho de no controlar la jornada laboral de sus teletrabajadores en una política de respeto hacia su intimidad. Sin embargo, esta justificación no resulta válida para la Justicia, que observa en esta decisión querer obtener un beneficio propio.
Por otra parte, además de establecer el control horario en el teletrabajo, la compañía también tiene que definir otras cuestiones, como los turnos a realizar, el registro del desempeño diario de los trabajadores hora por hora o las condiciones del periodo de descanso.
El objetivo es que el teletrabajador pueda adaptar el horario de trabajo a sus necesidades, si así lo acuerda con la empresa. Pero sin que exista la sospecha de abuso por su parte.
El teletrabajo no es una modalidad nueva y para trabajadores y empresas es una forma más eficaz y cómoda de desarrollar los empleos desde cualquier lugar.
Pese a esto, con la expansión del coronavirus que obligó el aislamiento, muchas personas se enfrentaron de golpe con el teletrabajo, y hoy siguen conviviendo con una serie de dificultades para cumplir con sus responsabilidades laborales.
Para la doctora Mariana Bargsted, directora del Magister de Habilidades Directivas de la escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez, lo que se experimenta hoy es un “teletrabajo emergente, para el cual las personas no se pudieron adaptar de manera correcta, los trabajadores y empleadores no pudieron educarse para abordar este fenómeno”.
El teletrabajo, recalca Bargsted, debe tener ciertas características para funcionar. Primero, las personas deben tener un lugar físico adecuado para trabajar, pero como en la casa muchos no tienen ese espacio, “se pueden alterar los horarios del trabajo”.
Otra problemática es combinar las demandas laborales con las responsabilidades familiares, como la atención que requieren los hijos o la pareja, provocando que “se alteren las rutinas y que no sea posible hacer teletrabajo en un horario establecido”.
Lo anterior, explica que muchas personas trabajen más allá del horario que tenían en sus lugares de trabajo. Además, ya no están esos momentos en que uno se desconectaba de sus funciones, como ocurre en los desplazamientos de vuelta a los hogares.
Bargsted también considera que las organizaciones tampoco han adaptado las tareas al trabajo. “Estamos exigidos a realizar lo mismo que antes, pero con un tiempo y recursos diferentes, así es difícil cumplir”.
Recomendaciones
La experta dice que a nivel organizacional se deben ajustar las tareas. “Las empresas deben ver qué cosas se pueden hacer y qué se debe postergar. Es importante que el empleador esté atento y se haga presente en las necesidades de sus empleados, que haya una supervisión realista en cuáles son las cosas más relevantes”.
Asimismo, en su rol de contención para sus trabajadores, es bueno generar instancias de contacto social con los equipos de trabajo y compartir las experiencias de cada uno.
Mientras que a nivel personal, Bargsted recomienda intentar delimitar el espacio físico para trabajar en el hogar, acomodar ese lugar para estar lo más cómodo posible y con la posición ergonómica más apta.
Si hay más de una persona que debe trabajar en la casa, es clave organizar horarios para respetar y no interrumpir, tratando de mantener el silencio si es posible.
También aconseja tener momentos de desconexión y descanso, mantener los horarios estables para levantarse y cuidar las rutinas de sueño, ya que pueden verse alterado producto del aislamiento.