En junio de 2013 el mundo perdió una gran parte de su inocencia: salían a la luz pruebas más que sólidas de que EEUU, a través de sus agencias de inteligencia y seguridad, vigilaba indiscriminadamente toda nuestra actividad en la Red. Todo gracias a Edward Snowden, un consultor informático que estuvo en las tripas del sistema de ciberespionaje más poderoso del mundo y que decidió entonces destaparlo.
Ahora, seis años más tarde y «exiliado» en Rusia, publica su autobiografía. En ella, Snowden explica en primera persona el viaje que le llevó a ser uno de los denunciantes más destacados, admirados y controvertidos. Pero también en un fugitivo en Rusia, tras un intenso periplo en el que casi dio la vuelta al mundo para evitar ser detenido por sus propio país.
Snowden narra cómo los atentados del 11S le convirtieron en un patriota cegado por servir a su país; desgrana su experiencia como miembro de la CIA y la NSA; y cuenta cómo cuando descubrió el esquema de ciberespionaje masivo estadounidense decidió no quedarse indiferente sin dejar de amar a su país.
¿Cuál es el valor de este libro? ¿Por qué hay que leerlo? ¿No estaba todo contado?
Hablamos con cuatro expertas en cibersociedad para desgranar por qué deberías leer este libro.
1. Desvela información inédita
La obra dedica uno de sus capítulos finales a narrar la experiencia de su pareja, Lindsay Mills, que no conocía los planes de su novio y sufrió una persecución agobiante por parte de las autoridades de EEUU simplemente por ser la pareja de la fuente de la filtración. Y lo hace ella en primera persona, al trascribir parte de sus diarios.
En el libro, Snowden también cuenta sus orígenes, cómo llego a convertirse en un apreciado analista tecnológico de las agencias estadounidenses y, de modo destacable, cómo empezó a darse cuenta de que su propio Gobierno estaba haciendo trampas: mientras preparaba una presentación sobre el espionaje chino vio que su propio país hacía lo mismo que el régimen de Pekín con las mismas herramientas y a sus propios ciudadanos, pero en secreto.
Ese hecho, que toca directamente a su conciencia (por mucho que quisiera engañarse a sí mismo, tal y como confiesa), parece ser el punto de partida de su peripecia como delator.
2. La defensa del propio Snowden
«Lo que más me gusta del libro, aparte de que cuenta cosas que no habíamos visto, es que constituye la defensa argumental, el alegato, que a Snowden no le están permitiendo hacer«, comenta a Público la periodista e investigadora Marta Peirano, autora del reciente libro ‘El enemigo conoce el sistema’ (2019), prologado por el mismo Snowden. Peirano es la única periodista española que lo ha entrevistado recientemente.
«Él explica que tuvo que tomar la decision de destapar todo esto no porque quisiera, sino porque el Gobierno de EEUU estaba vulnerano la constitución«, afirma Peirano, que considera que «todo el libro es básicamente su alegato para justificar y explicar por qué toma una decisión que estaba en contra de todo lo que él creía, de su linaje familiar, de su propia experiencia persona… porque él es muy patriota«.
3. El duro proceso de ser denunciante
Para Yolanda Quintana, secretaria de la Plataforma para la Defensa de la Libertad de Información (PDLI) y autora del libro ‘Ciberguerra’ (2016), el libro expone muy bien «las motivaciones para desvelar los documentos» y por qué se lo filtra a periodistas y no lo hace en bruto en Wikileaks, dado que «ahí hay información sensible y no quiere perjudicar al Estado». Todo ello, recordemos, tuvo como consecuencia su exilio en Rusia: de momento no puede salir de allí.
«Para el periodista de The Guardian que contactó en primer lugar con Snowden, Glenn Greenwald, era muy importante saber la motivación de esa filtración de documentos, su patriotismo y vocación de servicio público, su conocimiento de la filosofía del Derecho», recuerda Quintana, «y la importancia que le daba la defensa de las libertades y la desobeciencia civil».
Para esta experta, el libro explica «por qué él, a los 29 años, decide abandonar una vida maravillosa —pareja, buen trabajo con buen sueldo y una buena casa en Hawái— para ponerse en peligro». «Nos cuenta su vida para explicarnos por qué ha dado ese paso», añade Quintana, «y espero que su tono un poco naïf no engañe a los lectores, porque tiene un fondo muy importante».
4. La maquinaria del ciberespionaje global
No es algo nuevo, pero el relato que realiza Snowden de la impresionante maquinaria de ciberespionaje a escala global, ‘desde dentro’ y en primera persona, da una idea a cualquier lector de la magnitud de ese hecho.
Quintaba remarca que el libro muestra cómo la NSA, en un momento dado, deja de «buscar agujas en el pajar» para pasar a «almacenar el pajar entero», un cambio de concepto por el que los agentes tienen acceso a cualquier información de cualquier persona con un identificador.
Y ello lo cambió todo. «Gracias a lo que filtra Snowden en cuanto a la recogida masiva de datos y su análisis en tiempo real, tenemos un cambio radical en la política y las resoluciones judiciales europeas en materia de protección de datos», recuerda la abogada Paloma Llaneza, autora de ‘Datanomics’ (2019), quien sostiene que, por ejemplo, la sentencia del caso Costeja sobre el derecho al olvido hubiese sido diferente, contraria a los intereses de los ciudadanos.
Imagen del libro autobiográfico de Edward Snowden. Público
Para Llaneza, de todas las filtraciones de Snowden la más relevante para nosotros fue el hecho de que los servicios secretos estadounidense llegaba tan lejos como espiar el mismísimo teléfono móvil de la canciller alemana Angela Merkel.
«Esto supuso un cambio de paradigma, hay un antes y un después«, subraya esta abogada especializada, «como la primera sentencia judicial europea a favor del derecho al olvido, que fue inesperada; otra sentencia determinó que EEUU dejaba de considerarse ‘puerto seguro’ para el tráfico de datos; y finalmente se desbloqueó el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD)».
«Lo que más tenemos que agradecer a Snowden es, sobre todo, que pusiera encima de la mesa cómo EEUU espiaba indiscriminadamente en las redes no sólo para la opinión pública sino para los dirigentes políticos europeos«, apunta.
5. La alarmante privatización de lo público
Llaneza también cree que hay que agradecer a Snowden algo que suele pasar desapercibido, y que es el problema de la «trasferencia de datos de empresas y administraciones públicas a la nube». «Pensamos, por ejemplo, que el crédito social sólo pasa en China porque es una dictadura, y funciona porque hay una serie de empresas que se llevan muy bien con ese gobierno y le trasfieren datos», comenta, y bromea: «No sé si es algo que está pasando en España y en Europa».
«En EEUU, la diferencia entre público y privado está muy difuminada desde el 11S, hasta el punto de que las grandes empresas tecnológicas permiten a la NSA ‘chupar’ datos en su poder, que está en esa nube», añade esta abogada, que cree que «corremos el riesgo de que los estados se aprovechen de ese acceso y se conviertan en estados orwellianos y vigilantes».»Los gobiernos pueden beneficiarse de empresas que aseguran opacidad, y las empresas se aseguran tener una línea directa con los gobiernos»
Todo ello tiene que ver con el llamado ‘capitalismo de la vigilancia’, que menciona el propio Snowden en su libro. Para la abogada Elena Gil, miembro del Grupo Secuoya y especializada en privacidad, «consiste en difuminar la línea entre lo público y lo privado». Esto genera una serie de problemas, algunos de ellos tan importantes como la deriva hacia un estado vigilante.
«La vigilancia debería estar sustentada siempre en el interés público», recuerda Gil, «y una democracia se basa, entre otras características, en que el ejercicio del poder [en este caso, la vigilancia] sea lo más transparente posible». «Eso no sucede cuando el ejercicio se trasfiere a una empresa privada, para empezar porque empiezan los conflictos de intereses, de dinero», alerta la abogada.
«Algo que dice Snowden en el libro», añade, «es que los gobiernos saben que pueden beneficiarse de ciertas empresas que aseguran opacidad, y las empresas se aseguran tener una línea directa con los gobiernos en el momento en el que se debate un cambio normativo que les puede afectar». «Esos intereses opacos que surgen nada tienen que ver con el interés público, ni con mantener la libertad o la democracia, eso es muy peligroso».
6. No son tus datos, sino los de todos
Elena Gil quiere poner el foco en algo que le resulta fundamental en este libro: «Ya no se trata de lo que hagan las agencias con nuestros datos a nivel personal, sino que explica que esa actividad se realiza desde una perspectiva más social».
Es decir, lo que se puede hacer con tal cantidad de datos no es lo que el usuario individual puede tener en mente, como que nos personalicen la información o que Google nos muestre un anuncio de lo que he buscado.
«Eso es prácticamente inocuo», opina Gil, «porque los problemas llegan cuando ellos tienen todos los datos de todo el mundo [también los metadatos] que permitan montar sistemas de videovigilancia masiva, de perfilados, de detección de datos biométricos…».
«Ahí es donde está el peligro», alerta esta experta, «ya que el reto ahora no es proteger a un individuo, sino que el riesgo está en las masas, influir en la opinión pública y polarizarla, ocultar operaciones masivas que nos están influyendo a nivel social».
Bola extra: ajuste de cuentas
A Yolanda Quintana le ha gustado especialmente que Snowden salde una serie de cuentas pendientes con determinados personajes ineficaces y de un dudoso patriotismo.
«Se ve cuando cuenta que durante los atentados del 11S de 2001 sale corriendo todo el personal de la NSA porque temían que el objetivo del tercer ataque poodía ser su cuartel general», apunta, y remarca que en el libro se puede ver en varias ocasiones situaciones que contrastan con el profundo patriotismo que muestra el propio Snowden.
«Y es un ajuste de cuentas que me parece legítimo», concluye Quintana, «porque mientras filtró los documentos que mostraban cómo EEUU espiaba masivamente al mundo, la NSA hizo todo lo posible para desacreditarle a él«.