by Marianne es al nueva serie de terror de Netflix, narra la historia de una autora con una exitosa novela de terror. Un día, se da cuenta de que las historias de terror que escribió se hacen realidad, por lo que tendrá que volver a su pueblo natal para enfrentarse a los demonios de su pasado.
Durante su regreso, descubre que el espíritu maligno que la acecha en sus sueños haciendo su vida imposible, también está sembrando el caos en el mundo real. El espíritu que le ha acechado desde la infancia es Marianne, una bruja que se incorpora en las almas de sus presas.
La serie es buenísima, podemos decir que es el estreno más sorprendente de género del año, la producción francesa tiene inteligente fórmula infalible a base de brujería, humor, literatura y aventuras.
Siguiendo las reglas del horror tradicional y adaptándolas a los tiempos del streaming, Bodin y su equipo técnico y artístico realizan un trabajo de primer nivel, primerísimo nivel, no sumerge en una de las pesadillas más aterradoras que hayamos visto últimamente.
«Marianne» es el claro ejemplo de que una historia de terror no necesita de unos grandes efectos especiales, ni un gran presupuesto para craer un historia muy aterradora y digna de aplaudir, podríamos decir que incluso es mucho mejor que la última entrega de «It Chapter Two», para que veas que no alardeamos hasta el mismo Stephen King te la recomienda.
Si eres uno de esos psicópatas que, como yo, disfrutan de ser asustados ‘Marianne’ (Netflix) lo hará. Tiene toques de humor que recuerdan a ‘Stranger Things’. También (y lo digo modestamente) algo del toque Stephen King.
Esta historia podría tomarse en un principio llena de clichés; sin embargo, el guion se nos muestra de una forma muy original, pelicular y nada forzado en el momento de contar chistes para relajar la tensión del espectador.
Algo que también encanta son las referencias literarias que evocan a H.P Lovecraft y Edgar Allan Poe, y gracias a ellas, la serie va generando su propio sello hasta quedar muy por encima de lo que últimamente estábamos acostumbrados a ver.
